Para mis estudiantes ...
Este espacio es para ustedes. Cada esfuerzo que hagan hoy está construyendo la grandeza de su mañana. Deseo que cada mensaje que reciban aquí sea una chispa que alimente su crecimiento y formación, no solo como estudiantes, sino como líderes y seres humanos excepcionales.
La carrera de la vida
Cada mañana, en la sabana africana, la gacela se despierta sabiendo que si no corre a su máxima velocidad, será alcanzada por el león. Y el león, al abrir los ojos, también lo sabe: si no corre más rápido que la gacela, morirá de hambre.
Ambos corren, no por gusto, sino por necesidad. Y aunque sus razones son distintas, su destino depende del mismo principio: dar el máximo o desaparecer.
Nosotros, los seres humanos, también corremos. Pero nuestra carrera es diferente. Bueno algunos lo hacen simplemente para sobrevivir. No obstante, los realmente exitosos lo hacen para trascender. Para convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos, para honrar nuestras oportunidades, nuestros talentos y a quienes creemos en nosotros.
El enemigo silencioso: la mediocridad
Dar el máximo no siempre significa ser el mejor. Significa no guardarte nada.
Significa mirar atrás al final del día y poder decir: “Hoy di todo lo que tenía.”
Pero, sean honestos con ustedes mismos… ¿cuántas veces al día te conformas con “cumplir”? ¿Cuántas veces haces algo a medias, sin pasión, sin entrega, sin propósito?
Y cuando eso ocurre, la mediocridad se instala en silencio. No llega con ruido, llega con excusas. “Estoy cansado.” “Con esto es suficiente.” “Ya lo haré mejor mañana.” O “Lo haré mañana”.
Y así, sin darnos cuenta, dejamos de correr. Seguimos moviéndonos, sí, pero ya no avanzamos. Estamos ocupados, pero no somos productivos.
Podría decírtelo más suave, pero no estaría siendo honesto, ni estaría siendo yo, verdad?, pero recuerda:
Solo los mediocres no dan lo mejor de sí.
Y TÚ NO NACISTE PARA SER MEDIOCRE.
Tu grandeza se mide en el esfuerzo
Si miras el día de ayer, ¿diste tu máximo? Y si piensas en lo que llevas de este día, ¿estás dando lo mejor de ti?
Si la respuesta es sí, ¡felicidades! Eres un campeón. Un líder. Un ejemplo. Porque quien da su máximo vive con propósito y deja huella.
Pero si la respuesta es no, aún estás a tiempo, no estamos buscando culpables ni a quién señalar. Porque la verdadera grandeza no está en nunca fallar, sino en tener el coraje de volver a intentarlo con todo.
Dar el máximo es un acto de amor propio. Es mirar al cielo al final del día y decir: “Hoy no fui perfecto, pero fui valiente, lo intenté, di lo mejor de mí”
Desafío de la semana
Durante los próximos 7 días, quiero que te comprometas a dar tu máximo en algo concreto: en tu entrenamiento, en tus estudios, en casa, en la forma en que ayudas a los demás, o en tu formación de hábitos.
Cada vez que sientas cansancio, duda o ganas de rendirte, repite en tu mente:
“Da tu máximo y sé un León, o deja de correr y sé una presa”
Y pregúntate: ¿Estoy corriendo por sobrevivir… o por propósito?
Al final de la semana, quiero que reflexiones: ¿Qué cambió cuando decidiste darlo todo, sin reservas?
Mensaje final
Queridos estudiantes: El mundo no pertenece a los más rápidos ni a los más fuertes,
sino a los que corren cada día con el corazón encendido.
La mediocridad es cómoda, pero nunca deja legado. La excelencia cuesta, pero te hace libre.
No viniste a esta vida a sobrevivir. Viniste a dejar huella.
Así que corre con propósito, con pasión, con coraje. Y cuando alguien te pregunte por qué lo haces, respóndele con una sonrisa:
“Porque yo no corro por miedo, CORRO POR GRANDEZA.”
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Gracias por ser parte de esta comunidad. ¡Sigamos creciendo juntos!
Con cariño, de su sensei y profesor,
Juan Pablo Hernández Vargas
Sensei & Mentor en Transformación Personal y Liderazgo